Vicky se recupera. Le acabo de
explicar, y ella se compromete a ayudarme. Nos repartimos los papeles. Yo ya no
puedo volver a la comisaría, ni a mi casa. Sólo conservo la pistola de Maxwell.
Le devuelvo sus cosas y la pistola Makarov. Ella regresará a su puesto, como si
nada hubiera pasado, y desde la comisaría accederá al caso Jonhs, porque ahí
está la clave. Estaremos en contacto. Comparé un móvil desechable y la llamaré,
pero nunca le diré dónde estoy. No deben sospechar nada, porque ahora ella está
cometiendo un delito y se juega su carrera.
Nos separamos. Vicky regresa en
coche y yo he de tomar un autobús. Debo ir con precaución, quizás han difundido
mi imagen por la televisión. Suerte que de noche apenas hay viajeros. Cuando
llegue a Nueva York, Vicky estará a punto de comenzar su turno en la comisaría.
Entonces hablaré con ella, como hemos acordado. Ahora sólo tengo que esperar.
Aprovecho el viaje para dormir.
Amanece. Estoy llegando al centro de
la ciudad. Necesito una copa. En cuando bajo del autobús entro en el primer
garito que veo y pido ginebra. Voy a llamar a Vicky. Compré un móvil desechable
entes de subir en al autobús, y espero que reconozca mi llamada a pesar de ser
un número desconocido.
Llamo. Oigo el tono. Pasan varios
segundos y no contesta. Es posible que esté con más gente y no pueda hablar.
Quizás Maxwell ande cerca. Desisto. Esperaré unos minutos antes de volver a
llamar. Pido otra ginebra. No tienen pistachos.
Otro intento. Al cabo de unos
segundos escucho su voz al otro lado. ¡Qué suave, su voz! Susurra para que no
la oigan. Y me encanta. Me dice que ha habido otro asesinato, también en
Chinatown. Han encontrado en cadáver en una especie de laboratorio médico.
Estaba en una mesa de operaciones, con el cuerpo abierto en canal. Vicky me
pasa la dirección y voy a intentar colarme en el escenario de este nuevo crimen
antes de que se lleven pruebas importantes. Si me pongo nervioso, quizás
funcione mi poder de congelación y consiga colarme entre los policías que
vigilan el lugar.
Continuará...
Stiven Peláez & Josep Pradas
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