sábado, 24 de mayo de 2014

RELATO POR ENTREGAS 6


Abro el grifo del lavabo para lavarme la cara. El agua se congela al tocar mis manos. Me asusto. Me pongo nervioso, no sé qué hacer. Abro un armarito y encuentro botellas vacías. Las lleno intentando no tocar el agua. He de ir con cuidado y dominar esto que me pasa, no sea que toque a alguien y le haga daño. ¡Vicky!

Tengo las botellas delante. Meto el dedo en la primera. Nada. Ocurre lo mismo con la siguiente. ¿Por qué? Al cabo de un momento suenan sirenas de policía en la carretera. Me da un salto el corazón. ¡Nos han encontrado! Golpeo una botella de agua y se esparce el líquido a mi alrededor. Al tocarlo se congela. Creo que mis poderes se activan cuando me altero.

Ha ido de poco. La policía ha pasado de largo. Suerte que dejé el coche en la parte trasera el motel, pero no tenemos mucho tiempo, nos acabarán encontrando tarde o temprano.

Regreso a la habitación e intento hablar con Vicky, que se niega a mirarme. Le explico que estuve secuestrado durante una noche y que posiblemente experimentaron conmigo. No me cree, me clava su mirada desafiante y comienza a gruñir bajo la mordaza. Se la quito, esperando que no grite. Conserva la calma. Me dice que no me cree, pero que está dispuesta a escucharme si la desato de la butaca. Lo hago y me siento frente a ella. Me dispongo a hablar, pero entonces ella salta con gran agilidad. Se nota que es joven. No puedo dejar que se escape. Salto yo también. ¡Mi espalda! Me lanzo al suelo, tras ella, y consigo alcanzarle un tobillo. Cae estrepitosamente. Le he congelado el pie entero.

Compruebo que si me altero se activan mis poderes, pero todavía no sé controlarlos. Lo mejor de todo es que Vicky lo ha visto y quizás ahora me crea.
Dejo que se calme y poco a poco su tobillo de descongela. Está entumecido y Vicky siente dolor.

Continuará...

Stiven Peláez & Josep Pradas


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