lunes, 26 de mayo de 2014

RELATO POR ENTREGAS 7


Vicky se recupera. Le acabo de explicar, y ella se compromete a ayudarme. Nos repartimos los papeles. Yo ya no puedo volver a la comisaría, ni a mi casa. Sólo conservo la pistola de Maxwell. Le devuelvo sus cosas y la pistola Makarov. Ella regresará a su puesto, como si nada hubiera pasado, y desde la comisaría accederá al caso Jonhs, porque ahí está la clave. Estaremos en contacto. Comparé un móvil desechable y la llamaré, pero nunca le diré dónde estoy. No deben sospechar nada, porque ahora ella está cometiendo un delito y se juega su carrera.

Nos separamos. Vicky regresa en coche y yo he de tomar un autobús. Debo ir con precaución, quizás han difundido mi imagen por la televisión. Suerte que de noche apenas hay viajeros. Cuando llegue a Nueva York, Vicky estará a punto de comenzar su turno en la comisaría. Entonces hablaré con ella, como hemos acordado. Ahora sólo tengo que esperar. Aprovecho el viaje para dormir.

Amanece. Estoy llegando al centro de la ciudad. Necesito una copa. En cuando bajo del autobús entro en el primer garito que veo y pido ginebra. Voy a llamar a Vicky. Compré un móvil desechable entes de subir en al autobús, y espero que reconozca mi llamada a pesar de ser un número desconocido.


Llamo. Oigo el tono. Pasan varios segundos y no contesta. Es posible que esté con más gente y no pueda hablar. Quizás Maxwell ande cerca. Desisto. Esperaré unos minutos antes de volver a llamar. Pido otra ginebra. No tienen pistachos.

Otro intento. Al cabo de unos segundos escucho su voz al otro lado. ¡Qué suave, su voz! Susurra para que no la oigan. Y me encanta. Me dice que ha habido otro asesinato, también en Chinatown. Han encontrado en cadáver en una especie de laboratorio médico. Estaba en una mesa de operaciones, con el cuerpo abierto en canal. Vicky me pasa la dirección y voy a intentar colarme en el escenario de este nuevo crimen antes de que se lleven pruebas importantes. Si me pongo nervioso, quizás funcione mi poder de congelación y consiga colarme entre los policías que vigilan el lugar.


Continuará...

Stiven Peláez & Josep Pradas


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